Por: Bladimiro Argote Rico. Editor Noticias del Mundo

La postura proestadounidense de la primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar, que apoya política y logísticamente el despliegue militar de Estados Unidos y la hostilidad contra Venezuela, le ha llevado también a criticar a los restantes miembros de la Comunidad del Caribe (Caricom) por no alinearse con EE.UU. y ser acusada de querer convertir al país en un «Estado Vasallo».

El sábado, Persad-Bissessar declaró que Caricom “no es un socio confiable en este momento” y que “ha perdido el rumbo”, señalando que es “una organización que elige menospreciar a nuestro mayor aliado, Estados Unidos” mientras apoya a Venezuela.

La primera ministra añadió que su Gobierno “no se vincula con las ideologías políticas ni con las políticas exteriores, económicas y de seguridad de ningún otro Gobierno miembro de Caricom”.

Caricom está integrada por Antigua y Barbuda, Barbados, Bahamas, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, Montserrat, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Surinam y Trinidad y Tobago.

Al contrario de los demás miembros de la comunidad de naciones caribeñas, Trinidad y Tobago, junto a Guyana, apoya la escalada de la Administración Trump contra Caracas.

Como parte de su despliegue militar en el Caribe, el Pentágono instaló un sistema de radar en Trinidad y Tobago, donde se mantienen desplegados marines, y aviones militares estadounidenses tienen permiso para acceder a los aeropuertos del país, vecino de Venezuela.

Las posiciones de la primera ministra Kamla Persad-Bissessar han provocado esta semana una fuerte respuesta del ex primer ministro Keith Rowley (2015-2025), quien denunció que la jefa de Gobierno intenta convertir a Trinidad y Tobago en un “Estado vasallo” y advirtió que la soberanía y el orgullo nacional del país “están siendo socavados”.

Irán asegura estar preparado para cualquier nuevo ataque de Israel y EE.UU.

El ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, declaró que su país está completamente preparado para un posible nuevo ataque de Israel y Estados Unidos, luego de que este domingo el jefe del Estado mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Eyal Zamir, dijera que atacarán a los enemigos de Israel “donde sea necesario, tanto en frentes cercanos como lejanos”.

Fuentes de prensa estadounidenses publicaron el sábado que durante su próxima visita a Washington el primer ministro Benjamin Netanyahu prevé presentar al presidente estadounidense, Donald Trump, planes para un nuevo posible ataque contra Irán, orientado a su programa de misiles.

Sudán del Sur: paramilitares y ejército chocan en región petrolera de Heglig

Las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) de Sudán y el Ejército de Sudán del Sur protagonizaron un enfrentamiento armado la noche del sábado 20 de diciembre en la región estratégica de Heglig. Los paramilitares sudaneses intentaron desplegarse en el territorio para afianzar su control y hostigar a las Fuerzas de Defensa del Pueblo de Sudán del Sur, quienes custodian las instalaciones bajo un acuerdo tripartito. Según informes militares, las FAR buscaron obstruir los pactos vigentes para presionar al gobierno de Yuba y obtener una parte de los ingresos por la exportación de crudo.

El grupo paramilitar pretende tomar el control total de la producción en este campo ubicado en el estado de Kordofán del Oeste. Actualmente, la zona permanece militarizada y sin presencia de población civil, lo que impide la confirmación de los hechos por parte de organizaciones independientes en medio de la guerra iniciada en abril de 2023.

Detalles de la producción en Heglig El yacimiento cuenta con un total de 75 pozos petroleros. La producción diaria alcanza los 20.000 barriles de crudo, la planta de procesamiento posee capacidad para 130.000 barriles procedentes de Sudán del Sur.

El presidente Salva Kiir dirigió los esfuerzos para evitar el sabotaje y la destrucción de esta infraestructura vital. La economía sursudanesa depende directamente de estas exportaciones que transitan hacia los puertos del mar Rojo.

El control de este campo petrolero resulta fundamental para la estabilidad económica regional, especialmente tras la toma previa de la zona por parte de las FAR luego de la retirada del Ejército de Sudán. La región de Heglig constituye un foco de conflicto histórico entre Jartum y Yuba desde la independencia de Sudán del Sur en 2011.

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