En las últimas semanas, el movimiento Fuerza Ciudadana atraviesa una de sus mayores crisis internas. Decenas de militantes han presentado su renuncia y, según versiones que cobran cada vez más fuerza, la única congresista del movimiento estaría considerando abandonar definitivamente las filas del caicedismo.
Fuentes cercanas a la colectividad revelaron que el pasado martes se realizó una reunión privada con más de cien asistentes, en la que el exgobernador del Magdalena, Carlos Caicedo, habría protagonizado un episodio de maltrato verbal contra la congresista de su propio grupo político, en presencia de testigos.
De acuerdo con las versiones filtradas, el altercado surgió durante una discusión por diferencias políticas que se venían acumulando desde hace varios meses, especialmente después de que la congresista fortaleciera su relación con el presidente Gustavo Petro y lograra la designación de la gobernadora encargada del Magdalena mientras se desarrollan las elecciones atípicas.
Esta designación que no recayó en Caicedo pese a su reconocimiento e influencia que aún conserva dentro del gobierno nacional, lo que habría generado un profundo malestar interno. Según testigos, el exmandatario no ocultó su inconformidad y la discusión escaló hasta convertirse en un episodio tenso e incómodo.
“Nadie esperaba que reaccionara así, y menos frente a tantas personas”, relató uno de los asistentes, quien pidió la reserva de su identidad por temor a represalias.
El incidente ha acentuado la división dentro de Fuerza Ciudadana, que ya enfrenta un notorio desgaste político tras la pérdida de la Alcaldía de Santa Marta, la Gobernación del Magdalena, y los cuestionamientos sobre el manejo de recursos públicos durante las administraciones anteriores.
Aunque el movimiento ha mantenido el hermetismo, lo ocurrido pone de relieve una lucha interna por el control y la orientación política del proyecto caicedista, entre quienes siguen firmemente leales a Caicedo y aquellos que reclaman mayor independencia y renovación.
Hasta el momento, ni Carlos Caicedo ni la congresista involucrada se han pronunciado oficialmente sobre el incidente, lo que alimenta aún más las especulaciones sobre el futuro político del movimiento.
